Joan dudó un momento antes de respirar hondo y entrar. El despacho de Larry estaba abierto, así que ella se paró al lado de la puerta y lo miró. Estaba trabajando en su escritorio. Lo analizó: «Está igual que siempre. Mandíbula cincelada, mirada clara y un pequeño ceño fruncido mientras trabajaba con intensidad. Todo me resulta familiar, pero...»
Larry levantó la vista cuando sintió que alguien le miraba. Fue entonces cuando pilló a Joan observando.
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