Le apetecía ir a preguntarle cómo había estado estos últimos años y si le iba bien. Después de terminar el asunto que tenía, Fabián se acercó para darle a su corazón lo que quería. Vivian sintió un poco de pánico al ver a Fabian acercarse. Después de todo, no se había preparado para verlo. Sus ojos delataron su inquietud, pero prefirió quedarse quieta. De todos modos, iba a ocurrir tarde o temprano. Vivian ya no era la misma chica débil de antes. Iba a aprender a enfrentarse a sus dificultades.
—Cuánto tiempo sin vernos —dijo Fabian en voz baja mientras miraba a Vivian a los ojos. Su voz era baja, como si temiera que hablar más alto pudiera asustarla.
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