Sin más remedio, Hannah acabó buscando a su redactor en jefe. Naturalmente, le reveló poco a su supervisor; solo le pidió que buscara el bienestar actual y el paradero de las criadas que una vez trabajaron en la Residencia Blackwood. Como Hannah había contribuido mucho a su equipo, el editor jefe aceptó ayudarla sin dudarlo.
—¿Eh? Oh, claro. Hannah, no te sientas ansiosa por eso. Lo que tienes que hacer es concentrarte en tu trabajo. Ahora estoy trabajando en eso, ¿de acuerdo?
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