—Vamos, bebamos juntos. —Jessica salió furiosa sobre sus tacones de plataforma.
La discoteca a la que fueron estaba llena de gente. Todos parecían entusiasmados por estar allí. La multitud acudía con el mismo propósito: desahogar el estrés del trabajo. Era normal sentirse estresado viviendo en esta ciudad tan acelerada. Uno podía incluso sufrir depresión, por lo que la gente optaba por relajarse en el club nocturno después del trabajo. Jessica solía frecuentar lugares así cuando estaba alterada para desviar su atención.
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