—¡Finnick! Tú... —Mark señaló a Finnick con rabia, pero no pudo decir nada para refutarlo. «Si no lo dejo ir ahora, me arrastrarán a mí también».
Al recordar las palabras que acababa de decir, Mark se sintió tan avergonzado que su rostro comenzó a calentarse mientras su odio contra Finnick se profundizaba.
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