En un instante, las mejillas de Abelyn se sonrojaron con intensidad.
—Por supuesto, cuidaré mucho de ella —dijo Dustin con naturalidad. Pronto le dieron el alta y se fue a casa con él. Sin embargo, no informaron a Larry al respecto, porque Dustin sabía que él y los demás de seguro estaban pasando un mal rato con el asunto de Joan.
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