—Sra. Morrison, ya que he aprendido mucho de usted hoy, ¿puedo invitarla a comer?
Al terminar la historia, Shane sonreía de oreja a oreja mientras miraba a Vivian. En ese momento, con la luz del sol reflejándose en su rostro, era un espectáculo magnífico. Sin embargo, se enteró de que estaba casada e incluso tenía un hijo. Sin embargo, eso no le impidió sentirse atraído por ella.
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