Capítulo 1141 Los almuerzos de Leo

—Por aquel entonces, Hannah y yo no nos conocíamos, y ella era reportera. Durante una rueda de prensa en un salón de baile, su malicioso colega le pisó el vestido largo a propósito para avergonzarla. Cuando tropezó y estuvo a punto de caer al suelo, la tomé en mis brazos. Al ver lo guapo, alegre y carismático que soy, se enamoró de mí a primera vista. Después, como me cortejó sin descanso, acabé aceptando ser su novio. Al oír eso, a Hannah no le hizo ninguna gracia. «¿Qué tonterías dices? ¡Mientes sin pestañear!», se quejó. «Puedo aceptar que eres guapo. ¿Pero cómo voy a tolerar que digas que eres alegre? Después de casarme contigo, llevabas una expresión sombría casi todos los días. ¿Sabes lo agotada que estaba?»