Benedict se giró al instante para mirar a Vivian. El pelo le caía de forma desordenada sobre los hombros y tenía huellas de lágrimas secas en la cara. Su mirada estaba llena de miedo e incertidumbre. Sus ropas estaban desarregladas y él vio moratones por todo su cuerpo, tenía peor aspecto que cuando la secuestraron la última vez.
La lamentable visión hizo que el corazón de Benedict se apretara dentro de su pecho. Sentía como si alguien le estuviera arrancando el corazón y le dolía tanto que no podía respirar. Se apresuró a envolverla en su abrazo, conteniendo sus propias lágrimas mientras le acariciaba la espalda de forma tranquilizadora.
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