—En realidad, mis padres nunca han tomado medicamentos. No puedo permitírmelos con mi capacidad económica —dijo Paris con honestidad. Aunque era la novia de Benedict, nunca le pidió un solo centavo.
Al escuchar eso, Vivian tomó su decisión y eligió algunas que había comprado antes para Samuel. Paris echó un vistazo a la etiqueta del precio. Un pequeño frasco de suplementos costaba tanto como los gastos mensuales de su familia.
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