Cuando Finnick vio la parte del brazo expuesto de Vivian aún envuelta en gasa, su rostro se ensombreció. Vivian había suplicado en nombre de Emma. Esa fue la razón por la que Finnick le permitió regresar del extranjero en primer lugar. Por desgracia, Emma no mostró ningún signo de arrepentimiento.
Sus cejas seguían fruncidas, incluso en el sueño, como si no pudiera tener paz ni siquiera cuando no estaba despierta. A Finnick le dolía el corazón mientras le acariciaba la mejilla. En ese momento, Vivian se despertó de su sueño al sentir un escalofrío en la cara. Abrió los ojos y vio a Finnick frente a ella.
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