Además, era el único que estaba a la vista. Vivian no identificó a ningún otro aliado entre la multitud. Sin embargo, todos se estremecieron al ver el arma. Nadie se atrevió a dar un paso en falso en su presencia.
Vivian no pudo localizar a Larry en su breve exploración de la multitud presente. Dejó escapar un pequeño suspiro de alivio temporal. «Entonces, Calabacita debe seguir en el camarote», concluyó. «Esperemos que ninguno de los piratas haya conseguido encontrarlo». Se volvió hacia Hunter y señaló la cubierta, indicando que podían acceder con sigilo a los camarotes a través de ella.
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