—¡Luna, mira a la mocosa que has encontrado! No para de meterse conmigo. —Con un fuerte golpe, Jacinta pateó la puerta del despacho de Luna con brío.
Al segundo siguiente, se congeló. No sabía que Luna tenía invitados en su oficina. Al ver que Jacinta estaba aturdida en el lugar, Megan aprovechó la oportunidad para pisarle el pie, y Jacinta de inmediato soltó su agarre sobre ella y se aferró a su pie, gimiendo de dolor.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread