—Mi pie está bien. —Al escuchar el tono de preocupación de Finnick, el corazón de Vivian se calentó y su estado de ánimo mejoró al instante.
—¿A dónde has ido hoy, por qué pareces tan infeliz? —Finnick acarició el pelo de Vivian y le preguntó con un poco de curiosidad tras verla de tan mal humor.
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