—Hasta la vista, Sr. Norton. —Vivian asintió y salió del despacho.
Contemplando su figura que se alejaba, los ojos de Finnick parpadearon con miseria. Cada vez que ella se alejaba de él, sentía como si estuviera a punto de abandonarlo para siempre. Estaba decidido a prepararse hasta el día en que ella volviera a él. Algún día, la tendría a su lado para siempre. Mientras tanto, en el momento en que Vivian regresó a su despacho, sus colegas, llenos de entusiasmo, volvieron a rodearla.
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