La caja voló por el cielo y aterrizó en el suelo, rodando un poco antes de detenerse. Fabian procedió a cerrar la ventana mientras sentía algo indescriptible en su interior, pero sabía que eso era lo que su corazón quería. Después de eso, regresó a la habitación de Hannah y se acurrucó en la manta, abrazándola antes de cerrar los ojos, satisfecho.
Cuando amaneció, Hannah se confundió al ver que estaba abrazada a él. Había un atisbo de tristeza en su rostro mientras colocaba su brazo derecho en su cintura para sujetarlo por miedo a que la dejara. Ambos se estaban entregando al abrazo del otro, disfrutando del dulce sabor de la felicidad, antes de que una canción sonara y arruinara el momento.
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