Si Finnick se molestara en mirar a Paige, se daría cuenta de que se alejaba desolada. Su figura desolada apelaba al sentido de simpatía y amor de todos los hombres. Por desgracia, los esfuerzos de Paige fueron en vano, Finnick ni siquiera levantó la vista hasta que oyó que la puerta se cerraba tras ella. Solo después de eso, llevó a Vivian de vuelta a la sala de estar. Miró los fragmentos de cristal que Paige había ordenado y los había tirado a la papelera.
Finnick no tenía tiempo para los demás, ya que Vivian había ocupado la mayor parte de su tiempo. Vivian estaba absorta con la televisión, así que él empezó a revisar los documentos de su empresa. Finnick llevaba días sin ir a su despacho. Su empresa seguía funcionando sin problemas, como siempre, pero los beneficios seguían estancados. Tenía que encontrar la razón y aumentar los beneficios lo antes posible.
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