Al pensar en eso, Vivian miró a Finnick con un brillo de pánico en los ojos, esperando que le respondiera rápido. Se estaba poniendo muy nerviosa. Sintiéndose culpable, la miró fijo y no supo cómo responderle.
—¡Dime! ¿Dónde está la calabacita? ¿Sigue cautivo de Evelyn? —Al ver la expresión de Finnick, Vivian supo que no había logrado rescatar a su hijo.
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