Esa frase era obvia. Se refería a los dos, lo cual era imposible.
«¿Dicen que soy cruel? Sí, soy cruel. ¿Dicen que soy justo? Yo también soy justo». El hombre no podía entender por qué a Gabriella le gustaba ese imbécil de Larry. Había tantos presidentes de corporaciones, así como muchos herederos de grandes fortunas. ¿Pero por qué tenía que elegirlo a él de entre todos ellos?
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