Joan no quería comportarse como una lunática. Además, estaba agotada después de haber subido hasta la cima.
—Vamos, no seas tan aburrida. No es que vengas de excursión todos los días. Necesitas desahogar toda la frustración que guardas en tu corazón —le instó Dustin, dándole una palmadita en el hombro. Pero a pesar de sus intentos por persuadirla, lo único en lo que Joan podía pensar en ese momento era en su cama.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread