—Oh, por favor... ¡No hay manera de que la lastime! Son marido y mujer, ¡por el amor de Dios! —murmuró Jessica en voz baja.
—Vamos, te llevaré a casa. Esto es demasiado peligroso —dijo Caiden, tomando la mano de Joan. Los dos abandonaron el lugar sin mirar atrás después de eso.
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