Hannah tuvo sentimientos encontrados al escucharlo. Se decidió a llevar siempre el pececito que simbolizaba la libertad. Winson se quedó en silencio una vez que terminó. Mientras miraba a Hannah, parecía estar perdido. Al momento siguiente, lanzó un suspiro y comenzó a sollozar. Hannah se quedó perpleja y preguntó ansiosa:
—Winson, ¿qué te pasa? ¿Por qué lloras?
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