Megan bajó primero las escaleras y se frotó la barriga, sintiendo un poco de hambre. Pero en cuanto se acercó a la mesa del comedor y vio el desayuno extendido sobre ella, otra oleada de náuseas la invadió y corrió al baño para tener una violenta arcada. Justo en ese momento, Jake bajó las escaleras después de lavarse. Al no verla, pero al escuchar el sonido de una arcada, se dirigió hacia el baño, sólo para verla desparramada sobre el fregadero con una complexión enfermiza.
—¿Qué pasa? Déjame verte —preguntó Jake con pánico evidente en su tono.
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