Hacía tiempo que había perdido su libertad y sus derechos desde el momento en que había admitido que era Megan. Cuando por fin se dio cuenta de ello, dejó escapar un suspiro de sufrimiento. Jake era un hombre cruel, despiadado y dominante y no había nada que ella pudiera cambiar al respecto.
—Claro. Si ese es el caso, entonces me voy —demasiado perezosa para seguir discutiendo con él, se levantó y se dispuso a marcharse sólo para que él la empujara una vez más.
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