Al principio, Vivian quería pasar por la residencia Norton para visitar a Larry, pero desistió de esta idea un segundo después. Le causaría problemas a Larry si alguien la veía allí. A pesar de echar de menos a su hijo, Vivian solo pudo controlar su impulso y volvió a su casa.
Mientras tanto, Finnick se puso a trabajar en cuanto llegó a la oficina. Se detuvo un momento y miró su reloj. Ya era la hora de su cita. Luego hojeó el documento que le envió Chase para comprobar la hora y el lugar de la reunión. Al mismo tiempo, Chase estaba seguro de que Finnick se presentaría, ya que ésta podría ser su única oportunidad de revertir la situación.
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