Hicieron contacto visual durante un segundo antes de que Finnick la atrajera hacia su abrazo. El abrazo fue suave al principio, pero a medida que pasaba el tiempo, empezó a ser asfixiante. Vivian notaba cómo las costillas se le clavaban en los pulmones y tenía que arañar el pecho de él en un intento de liberarse.
—Finnick, déjame ir...
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