Atónita, Vivian bajó la cabeza para ver de cerca lo que acababa de lanzarle. De repente, todo el color se le fue de las mejillas mientras su cuerpo se estremecía sin parar. Eran fotos. Las imágenes estaban borrosas y desenfocadas, por lo que era evidente que habían sido tomadas en secreto. Sin embargo, la persona que aparecía en las fotos era muy reconocible.
No era otra que ella misma.
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