Cuando Viviana se despertó, la habían enviado de vuelta al pequeño pueblo, ya que Demetrio y sus hermanos estaban preocupados de que perdiera el control de sí misma en la fiesta. Sin embargo, esta vez Viviana no armó ningún escándalo. Después de quedarse con la mirada perdida en el techo durante unos minutos, al fin preguntó con los ojos todavía enfocados en lo alto:
—¿Lograron verlo?
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