―Señora Gavira, yo...
―¿Qué, una pierna rota no fue suficiente para ti? ¿Quieres perder tu vida esta vez? ―Los ojos de Alexandra estaban llenos de una gélida hostilidad mientras miraba a la mujer jetroiniana que cojeaba ante ella. ―Ariel se estremeció al ver su rostro y recordó cómo la arrastraron para romperle la pierna―. ¡Fuera de mi camino! ―gritó Alexandra con impaciencia.
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