Al final, Alexandra no salió a ver a Sebastián. En su lugar, hizo que Brandon la ayudara a reservar un vuelo a Moranta y partió esa misma tarde.
Aquel hombre digno y distinguido reapareció en la rueda de prensa que la Corporación Heredia organizó dos días después, en la que permaneció con la misma compostura propia del rey de esa ciudad bajo los reflectores. A su lado lo acompañaba su encantadora prometida.
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