—En un principio, quería llevarlos a todos a Miralaea. Tiene un ambiente favorable para los niños. Sin embargo, al ver que todavía no sale tu padre de prisión, conseguí que mi amigo reservara primero al piloto y el avión privado. Una vez que esté libre, podremos irnos todos juntos. ¿Ahora comprendes la situación?
Alexandra estaba anonadada. Incluso había pensado en su padre. Por fin todo tenía sentido para ella. Un sentimiento de euforia y emoción la invadió. Mirándolo con los ojos llenos de lágrimas, asintió.
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