Alexandra siguió a Lucas cuando entraron. Cuanto más se acercaban, más claro se escuchaban los rugidos de una mujer. Las mucamas estaban todas nerviosas mientras pasaban de forma frenética junto a ella. Justo cuando quiso acortar la distancia con Lucas, Alexandra escuchó un grito ronco:
—¡Sebastián, te reto a que llames a la p*ta policía!
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