Se limitó a mirarla y a callar. Sin embargo, Selena no tardó en escuchar unos pasos que bajaban las escaleras. Unos diez minutos después, los vio a ambos sacar al perro a pasear. Desde la distancia, se podían ver las sombras alargadas de los dos bajo las farolas de ambos lados de la calle.
—Juan, ¿a dónde vamos hoy? Ayer fuimos al lado este.
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