Viendo el estado en el que estaba Brandon, Eloísa se sintió un poco irritada, por lo que no pudo detenerse al decir esas palabras. Justo cuando terminó de hablar, el hombre esculcando entre la basura bajo la cama se giró para mirarla. Esos ojos asesinos y aura horrible eran equivalentes a los de un diablo del infierno.
—No fuiste a buscar a Galilea, ¿verdad?
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