Capítulo 1580 De buen humor

El sol de la mañana de aquel día era muy brillante. Después de varios días de lluvia, el sol por fin salió de entre las nubes. Sus luminosos rayos pintaron de dorado el cielo y brillaron sobre el horizonte de la ciudad. Todo el paisaje parecía bañado por la luz del sol. Era un verdadero espectáculo para la vista. Viviana parpadeó para despejar su mente borrosa y echó un vistazo al joven bajo la luz del sol. Cuando el joven se sentó a su lado, la chica vio sus largas y espesas pestañas y el tenue brillo que irradiaba su pálida piel. Bajo la deslumbrante luz, sus pestañas proyectaban sombras sobre su rostro. Su impresionante belleza dejó a Viviana aturdida por un momento.