Jacinto era tan intimidante como en sus mejores tiempos. Después de decir esas palabras, se dio la vuelta y se marchó furioso. Todos, en especial Silvio, se quedaron de pie, incómodos, con los rostros sonrojados por la vergüenza. Media hora más tarde, Sebastián y Alexandra regresaron después de encender los fuegos artificiales con los niños. Para entonces, los invitados ya se habían ido.
Después de escuchar el detallado relato de Toño sobre el conflicto, Alexandra estaba furiosa.
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