En efecto, era el plan de Sebastián. Por el momento, la forma más directa de localizar al hijo de Eduardo era pasar por la Familia Hidalgo. Aunque no podía preocuparse por esa escoria sin escrúpulos, permitirle zumbar como una mosca molesta no era la decisión más idónea.
Mientras tanto, Mateo y Juan consiguieron asediar todo el casino en una hora. Los dos hermanos se complementaban muy bien, ya que uno daba órdenes estratégicas mientras el otro se dedicaba a matar. Llevaron a cabo sus planes con rapidez y eficacia. Tras una dura lucha, se situaron en el centro del casino, entre la enorme cantidad de armas confiscadas. Los hermanos se cernían sobre el hombre a cargo, que había sido inmovilizado contra el suelo por los hombres de Fuerte Acero.
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