En esta era de la tecnología, apenas pasaron cinco minutos antes de que Jacinto y Marco vieran que las fotos de la muerte de Humberto se publicaban en Internet. Incluso incluían fotos que mostraban los detalles gráficos de su muerte.
―¿Qué caraj*? ―Incluso Marco no pudo evitar maldecir en voz alta―. ¡Mire, Señor Junco! Así que es cierto que fue asesinado. En ese caso, ¡eso significa que todo esto de los microchips también es cierto! ¿Cómo se atreve a hacer algo así? ―preguntó temeroso.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread