—¿Es así? —Alexandra se burló—. En ese caso, ¿por qué no reapareciste después de desaparecer? Obvio sabías que tu madre te estaba buscando, pero aun así elegiste esconderte. No me digas que el viejo te tenía encerrado entonces.
»Clemente, no todos son tan ingenuos como tu madre. Como nieto de Said Durán, ¿ese viejo te pondrá un dedo encima? Tal como querías, tu madre asumió que estabas encerrado. Y eso fue por completo porque no se le pasó por la cabeza que su hijo la traicionaría, ¡hasta el punto de enviarla a la muerte!
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