Capítulo 1935 Cancelación del matrimonio concertado
Casto no estaba dispuesto a ser la marioneta de Eloísa, pero hizo muchas cosas a partir de la lista de los niños. Era él quien ayudaba a Eloísa a planear las cosas. Por lo tanto, no había razón para que siguiera vivo. Sabía que sus actos eran imperdonables, así que no tenía sentido que Silvana le pidiera perdón.
«¡No es más que una tonta!».
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