Herminio sintió que sus párpados se contraían.
Ayer quería preguntarle a Sebastián porque no podía entender, él insistía en desenterrar la tumba de esa mujer ya que las cenizas eran solo para mostrar. Más tarde, por fin entendió el por qué. Sebastián lo hizo porque no dejaría que ella escapara impune, ni siquiera en la muerte. No importaba que estuviera muerta. La desenterraría de igual modo. Ya que fue malvada durante su vida, no la dejaría descansar en paz en la muerte. Ella merecía que sus cenizas fueran profanadas.
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