Gael pensó que Juan era la viva imagen de su padre cuando este se mostraba irracional.
—Señor Juan. En primer lugar, la culpa de anoche fue suya. En verdad le ocultaste la verdad desde el principio. Podrías haberte disculpado. No solo no te disculpaste, sino que le diste la vuelta a la situación y la culpaste a ella.
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