Las pupilas de Sebastián se contrajeron también. Nunca pensó terminar haciendo algo así.
Era como si estuviera bajo un hechizo. Sabía que eran cercanos, pero cuando olió su perfume y miró sus suaves labios rojos… No sabía por qué, pero lo invadió un loco impulso.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread