Diego subió al auto, con la intención de abandonar el lugar junto a Sebastián.
—Señor Heredia, ¿a dónde vamos ahora? El Señor Junco llamó para informar que recogerán al Señor Chávez en su lugar. ¿Nos quedamos aquí a pasar la noche o volvemos a Hacienda Oceánica? —preguntó Diego.
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