Viviana se sorprendió por la respuesta que obtuvo. «¿No lo vio? ¿Qué significa eso? ¿No vio a David conmigo? Pero caímos en el mismo lugar al mismo tiempo, así que, ¿cómo pudo perdérselo Gael?». Viviana aún no podía entender de lo que estaba hablando, pero cuando alzó la mirada, se dio cuenta de que Gael parecía enojado por alguna razón. Dejó de hacerle preguntas y le permitió llevársela más profundo dentro de la cueva.
Alrededor de veinte minutos más tarde, Gael por fin la llevó a un lugar con suficiente luz para ver. De milagro no estaba jadeando ni batallando para respirar al final del viaje.
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