—¿No será que es el perrito faldero de su familia? Ja, ja, ja... —Todos los alumnos de la clase se rieron a carcajadas al ver eso.
Como Viviana había vivido todo este tiempo en el extranjero, le resultaba difícil comprender el idioma que se hablaba en el lugar. Por lo tanto, no podía entender sus conversaciones y mucho menos descifrar de qué se reían.
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