—¿La princesa? ¡Fue a supervisar el trabajo de hoy! Al principio, quería que me ayudara a elegir un material adecuado. Cuando vio que la tela que los pueblerinos hilaban era demasiado burda, se ofreció como voluntaria para quedarse.
El jefe del palacio ya había regresado desde hacía tiempo. Cuando vio que Mateo había ido a buscarlos, se apresuró a explicarle lo que pasó.
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