Antes de que pudiera emitir un sonido, ya se había convertido en papilla bajo aquellas ruedas. Incluso su ropa y su sombrero fueron arrastrados varios metros por aquel todoterreno y quedaron reducidos a la nada antes de que el todoterreno se alejara al fin.
―¡Deténganlo! ¡Deténganlo! ―gritó con furia la policía de Zarain al ver aquello.
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