Esa tarde, ambos salieron de la oficina ante las narices de todos y se fueron al hotel. Nadie se atrevió a levantar la cabeza y ver a la pareja, mucho menos a hacer algún comentario al respecto.
«Así que ella es su prometida. ¿Quién iba a pensar que una chica ordinaria como Susana fue quien robó el espectáculo en la esperada ceremonia de compromiso que celebraron los Junco hace tres años? ¿Cómo pudimos estar tan ciegos y no reconocer a nuestra jefa?».
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