—¡De ninguna manera! ¡No te enseñaré! Puedo tejer yo misma la ropa para Juan. Así que, ¿por qué habría de hacerlo?
Las palabras de Sandra alteraron a Alexandra al instante y su mente se vio superada por la desesperación en su corazón. Incapaz de contenerse más, Alexandra se negó sin pensarlo dejando salir palabras hirientes. Por lo general no era una persona impulsiva. Sin embargo, solía perder el control cuando se trataba de sus hijos. Tras escuchar sus palabras, el rostro de todos se ensombreció, la expresión en el rostro de Sebastián cambió.
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